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El tercer trimestre del embarazo: La cuenta atrás hacia el nacimiento

22.05.2025

6 min de lectura

El tercer trimestre del embarazo marca el tramo final de esta increíble etapa. Comprende desde la semana 28 hasta el momento del parto, que suele ocurrir entre la semana 38 y 40. Es una etapa cargada de emociones, donde el cuerpo de la madre y el desarrollo del bebé alcanzan su punto máximo de preparación para el nacimiento. En este artículo vamos a explorar todo lo que necesitas saber sobre el tercer trimestre del embarazo: desde los cambios físicos y emocionales hasta la preparación para el parto, pasando por los controles médicos más importantes y consejos prácticos para vivir estas semanas con confianza y bienestar.

1. ¿Qué ocurre durante el tercer trimestre del embarazo?

Durante el tercer trimestre, el cuerpo de la madre continúa adaptándose para alojar a un bebé que crece rápidamente. A medida que el útero se expande, es común sentir incomodidad física: el vientre es más pesado, la movilidad disminuye y los órganos internos se reacomodan. Al mismo tiempo, la mente se enfoca en el inminente parto, en preparar el hogar y en visualizar cómo será la vida con el nuevo integrante de la familia.

Es en este periodo cuando el bebé termina de desarrollar sus órganos vitales, gana peso, y desciende hacia la pelvis en preparación para el nacimiento. Muchas mujeres comienzan a experimentar contracciones leves e irregulares llamadas contracciones de Braxton Hicks, que ayudan al útero a entrenarse para el momento del parto.

2. Cambios físicos y emocionales en la madre

Los cambios que se producen en este tramo final del embarazo pueden ser intensos. Físicamente, el aumento de peso acumulado, la presión sobre la vejiga, los dolores de espalda y la dificultad para dormir son algunos de los síntomas más habituales. Es común que las mujeres necesiten descansar más a menudo o que tengan dificultades para encontrar una postura cómoda para dormir.

En el plano emocional, muchas futuras madres sienten una mezcla de entusiasmo y ansiedad. La cercanía del parto puede generar temores relacionados con el dolor, la salud del bebé o el rol que asumirán como madres. Estos sentimientos son completamente normales y forman parte del proceso de preparación emocional que implica convertirse en madre.

3. Desarrollo del bebé en el tercer trimestre del embarazo

En este tramo final, el bebé alcanza un gran nivel de madurez. Sus órganos ya están formados y comienzan a funcionar de manera más eficiente. El sistema respiratorio sigue desarrollándose, al igual que el sistema nervioso central. A partir de la semana 28, el bebé ya puede abrir y cerrar los ojos, responder a la luz y al sonido, e incluso tener hipo.

Hacia las semanas 32 a 36, su peso aumenta notablemente, acumulando grasa bajo la piel que le ayudará a mantener la temperatura corporal al nacer. También es el periodo en que suele acomodarse con la cabeza hacia abajo, posición ideal para el parto. En las últimas semanas, los movimientos pueden sentirse menos bruscos debido al poco espacio en el útero, pero deben seguir siendo regulares y perceptibles.

4. Controles médicos clave y pruebas necesarias

Durante el tercer trimestre del embarazo, las visitas médicas se hacen más frecuentes. El objetivo es controlar tanto la salud del bebé como la de la madre. Se realizan ecografías para monitorear el crecimiento fetal, evaluar la posición del bebé y verificar el estado del líquido amniótico y la placenta. También se controlan parámetros importantes como la presión arterial y el peso materno.

Una prueba fundamental en esta etapa es el cultivo vaginal y rectal para detectar la presencia de estreptococo del grupo B, una bacteria que, si bien es común y suele ser inofensiva para la madre, puede representar riesgos para el bebé durante el parto si no se trata a tiempo.

5. Alimentación, hidratación y suplementos en el tercer trimestre del embarazo

La alimentación sigue siendo una aliada clave para la salud de madre e hijo. En el tercer trimestre, se recomienda seguir una dieta equilibrada rica en proteínas, hierro, calcio, fibra y ácidos grasos esenciales. Las necesidades calóricas aumentan ligeramente, pero no se trata de «comer por dos», sino de optar por alimentos de alta calidad nutricional.

La hidratación también cobra protagonismo. Beber suficiente agua ayuda a reducir la hinchazón, mejora la digestión y mantiene el líquido amniótico en niveles saludables. En cuanto a los suplementos, suele mantenerse la indicación de hierro y ácido fólico, y en algunos casos se suman el calcio o el omega 3, siempre bajo indicación médica.

6. Actividad física, descanso y preparación corporal

Mantenerse activa durante el tercer trimestre del embarazo puede mejorar la circulación, reducir el estrés y preparar el cuerpo para el parto. Actividades suaves como caminatas, natación o yoga prenatal son ideales, siempre que no haya contraindicaciones médicas.

El descanso adecuado es igual de importante. Debido al tamaño del vientre, puede costar encontrar una posición cómoda para dormir. Dormir de lado, preferentemente del lado izquierdo, con una almohada entre las piernas, suele ser la postura más recomendada.

Además, es un buen momento para comenzar ejercicios específicos de preparación al parto, como los de respiración, visualización y fortalecimiento del suelo pélvico.

7. Preparación para el parto y señales de alerta

Con la fecha de parto cada vez más cerca, muchas mujeres comienzan a armar su plan de parto y a preparar la maleta para el hospital. Es útil también discutir con el equipo médico las diferentes opciones de parto, conocer los signos del inicio del trabajo de parto y saber cuándo acudir al hospital.

Las señales de alerta que requieren consulta inmediata incluyen: pérdida de líquido por vía vaginal (ruptura de bolsa), sangrado, contracciones regulares dolorosas antes de la semana 37, fiebre, visión borrosa o hinchazón repentina y exagerada. Ante cualquiera de estos síntomas, es clave contactar al equipo médico sin demora.

Conclusión

El tercer trimestre del embarazo es una etapa intensa, donde el cuerpo y la mente se preparan para el nacimiento. A pesar de las molestias físicas que pueden presentarse, también es un tiempo de conexión profunda con el bebé y de preparación emocional para la llegada. Escuchar al cuerpo, descansar cuando sea necesario, mantener una buena comunicación con los profesionales de salud y rodearse de apoyo emocional son aspectos fundamentales para vivir estas últimas semanas con confianza y tranquilidad.

Cada embarazo es único, y lo más importante es recorrer este camino con información, atención médica adecuada y mucho amor hacia uno mismo y hacia el nuevo ser que está por llegar.

 

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